Aliños: Arma de doble filo

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Con el verano a la vuelta de la esquina, las ensaladas se vuelven “pan de cada día”. Estos platos son una excelente opción para mantener el peso adecuado, además de aportar la fibra, vitaminas y minerales que necesitamos. Muchos nos esforzamos por incluir gran variedad de verduras frescas e incluso orgánicas con el afán de comer lo más sano posible. Pero, ¿cómo es entonces que solo comemos como conejos y aun así no logramos bajar de peso? La respuesta no está en la ensalada, sino en lo aliños que las acompañan.

ensalada

Existe una idea universal: las ensaladas son la opción más sana de la carta… siempre y cuando el aliño también lo sea. Muchos aliños suelen ser altos en grasas, sodio y azúcar. Gran cantidad de estos están elaborados a base de mayonesa, huevo, azúcar, e incluso miel lo cual elevan su aporte calórico. Tomemos la clásica ensalada Cesar y su aliño. Muchos dirán que es una de las ensaladas más sanas – solo tiene pollo y lechugas. Pero ¿qué hay del cremoso aliño que lo acompaña? Una cucharada contiene 80 calorías, de las cuales 98% son grasa, 2% carbohidratos y nada de nada de proteínas. Y hay que sumarle el queso parmesano (alto en grasa saturada) y los crujientes crotones que tanto nos encantan.

Dicho esto, la solución está en saber escoger dentro de la amplia gama de posibilidades. Aquí les dejo mis recomendaciones para escoger más saludablemente:

  1. Siempre escoger lo más natural y simple:  limón o vinagre, aceite de oliva, sal y pimienta.
  2. Evitar los aliños cremosos: mientras más cremoso sea más calorías tendrá.
  3. Preguntar sobre las opciones “light” que tienen y si es posible, cuales son los ingredientes.
  4. Escoger ensaladas que tengan ingredientes sabrosos por naturaleza: palta, frutos secos, frutas como mandarina, manzana, fresas, y aliñarlas de la manera mas simple.

 


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