La más variada cocina fusión peruana en SAHA Kitchen & Cocktails

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SAHA: Casa Festiva

Hay lugares que cuentan historias, Saha es uno de ellos. Un restaurante que vale totalmente la pena visitar, escondido en el corazón de Miraflores. Fuimos hace poco y salimos felices y más que satisfechos. Desde que entras, la atención es sumamente buena. Los meseros conocen la carta a detalle e incluso la historia de dónde surgen los platos y bebidas que ofrecen. Siempre con una sonrisa, saben qué recomendar a cada uno según sus gustos.

El local es un espacio tranquilo, bonito y acogedor. Nos comentaron que el nombre del restaurante, Saha, significa Casa Festiva, y el ambiente no puede transmitir mejor este significado. Pero el local y la atención de un restaurante, deben ir siempre de la mano con la calidad de sus platos, su razón de ser.

Lo primero que probamos fueron las bebidas. Pedimos el Refresco del pacífico, Paraíso tropical y Poder Andino. Super refrescantes y con sabores fuera de lo común con ingredientes saludables nacionales.

Pedimos también un piqueo marino para 4. Vino causa, ceviche, tiradito y tartar de atún. Aquí queremos hacer una mención honrosa a la causa de espinaca. ¡Una delicia!

Con respecto a los fondos, Saha tiene opciones tradicionales y algunas un poco más particulares. Para todo tipo de gusto, no hay pierde. El Pulpo Anticuchero fue un éxito: una porción super generosa con salsa anticuchera y acompañado de, me atrevo a decir, las mejores papitas nativas doradas que he probado hasta ahora.

El Atún Nikkei fue delicioso también. No hay pierde con el atún, pero la salsa nikkei lo llevó definitivamente a otro nivel. Junto con el arroz y las verduras fue una excelente combinación de sabores.

Dejé para el final a nuestro favorito de la tarde: Fetuccini a la huancaína con lomo. Este plato presenta una combinación de dos de los mejores platos de la gastronomía peruana en forma de pasta. La salsa huancaína, con un sabor delicioso y un espesor perfecto, combinado con el lomo y ese juguito que nos hace saborear hasta la última gota.